Queremos decirte que para nosotros la palabra fracaso no existe, porque pensamos que en cada experiencia universitaria, sin duda podemos sacar un aprendizaje. De todas formas, tomamos el tema y nos hacemos cargo. ¿Qué es lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en recursar? ¡No, qué bajón! ¡Me clavo otro cuatrimestre! ¡Perdí el tiempo! ¡Me voy a atrasar toda la carrera! ¡ME VOY A RECIBIR EN 15 AÑOS! ¡ME VAN A ECHAR DE MI CASA! ¡VOY A PERDER EL EMPLEO! What? No! Pará un minuto, relajate.
Y sí, la verdad hay que decirlo: recursar es un garrón. Sin embargo, te proponemos pensar en esta experiencia desde otro lugar, desde otro punto de vista. ¿Por qué recursamos?
1. Porque no pudimos alcanzar el nivel de conocimiento exigido. ¿Sabemos por qué? ¿Podemos solucionarlo?.
2. Perdimos la cursada por sucesión de faltas, por laburo o por temas personales.
3. O porque no nos gustó la forma en la que se daba la clase.
No importa el motivo. La clave es no enojarse ni pensar en el tiempo perdido, sino en el tiempo invertido. Fijate qué podés rescatar de la cursada y hacé una autocrítica. ¿En qué fallaste? o ¿qué te faltó aprender?
Y si recursaste por un hecho fortuito que pasó en tu vida, entendé que no todo dependió de vos. A veces te pasa bolud*, en el laburo, te anotaste en una, te empezas a seguir cosas del laburo y te cag*ron y sí, 3 faltas y estás afuera. ¿Pero qué vas a hacer? No sé. Nadie perdio la carrera por una materia. Lo repito. NADIE PERDIÓ LA CARRERA POR UNA MATERIA. No pasa nada. Así que no te pongas mal. Fijate si a futuro podés hablar con tu profesor y preguntale cómo podés hacer para prepararte mejor.
¿Te pasó de recursar una materia? Dejanos tu comentario y contanos tu experiencia.
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