Si dedicamos un período de tiempo prolongado a la realización de una misma tarea, pasamos por tres fases: calentamiento, concentración y fatiga. Al pasar por todo este recorrido, el tiempo que realmente estamos rindiendo es muy poco porque en las fases de calentamiento y fatiga no damos el 100%. De hecho, incluso antes de empezar a trabajar, si sabemos que nos espera una jornada larga e intensiva en una misma tarea, automáticamente se producen una serie de consecuencias en nuestro rendimiento de partida. Aumenta la fatiga y el cansancio físico, se reduce la agilidad mental, disminuye la concentración y se incrementa la tendencia a la dispersión. Aumenta la probabilidad de cometer errores y se reducen la eficacia y la motivación.
Por eso es muy importante tener una estrategia de trabajo antes de empezar. Si sabes que vas a tener que realizar esa tarea a lo largo de un tiempo prolongado, planifica varias pausas cortas a lo largo de toda la jornada. Busca una actividad que te guste mucho para esas pausas. Escucha una canción, mira un vídeo en youtube, juega con tu perro.. o simplemente descansa. Es importante que esas pausas sean cortas para no tener que volver a empezar en la fase de calentamiento, para no perder la concentración. La frecuencia de las pausas decídela tú, en función del cansancio que notes ese día y del tiempo del que dispongas.
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Y recuerda: ya sabes que tienes a tu alcance mucho más de lo necesario para ser feliz. ¡La decisión es tuya!
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