martes, 22 de mayo de 2018

¿Eres un cuerpo con una mente o una mente con un cuerpo?

Mira tu mano. ¿Cómo sabes que es realmente tuya? Parece obvio, salvo que hayas vivido la ilusión de la mano de goma. En este experimento, una mano falsa se coloca frente a ti y tu mano real está escondida detrás de una pantalla. Ambas se acarician simultáneamente con un pincel. No importa cuánto te recuerdes que la mano falsa no es tuya, finalmente empiezas a sentir que es así, e inevitablemente te estremeces cuando se ve amenazada con un cuchillo.

Eso puede ser solo un truco temporal, pero habla de una verdad más grande: nuestros cuerpos, las partes físicas y biológicas de nosotros, y nuestras mentes, el pensamiento, los aspectos conscientes, tienen una relación complicada y enredada

¿Cuál te define principalmente a ti o a ti mismo? ¿Eres un cuerpo físico que solo experimenta pensamientos y emociones como resultado de las interacciones bioquímicas en el cerebro? Eso sería un cuerpo con una mente.

¿O hay alguna parte no física de ti que está tirando de las cuerdas pero podría vivir fuera de tu cuerpo biológico? Eso sería una mente con un cuerpo.

Eso nos lleva a una vieja pregunta de si el cuerpo y la mente son dos cosas separadas. En un famoso experimento mental, el filósofo del siglo XVI René Descartes señaló que incluso si todas nuestras sensaciones físicas fueran solo un sueño alucinatorio, nuestra mente y pensamientos todavía estarían allí. Eso, para él, fue la prueba definitiva de nuestra existencia. Y lo llevó a concluir que la mente consciente es algo separado del cuerpo material que forma el núcleo de nuestra identidad.

La noción de una conciencia no física se hace eco de la creencia de muchas religiones en un alma inmaterial para las cuales el cuerpo es solo una cáscara temporal. Si aceptamos esto, surge otro problema. ¿Cómo puede una mente no física  interactuar con el cuerpo físico? Si la mente no tiene forma, peso o movimiento, ¿cómo puede mover tus músculos? O si suponemos que puede, ¿por qué tu mente solo puede mover tu cuerpo y no otros?

Algunos pensadores han encontrado formas creativas para sortear este dilema. Por ejemplo, el sacerdote y filósofo  francés Nicolas Malebranche afirmó que cuando pensamos en alcanzar un tenedor, en realidad es Dios quien mueve nuestra mano. Otro filósofo sacerdote llamado George Berkeley concluyó que el mundo material es una ilusión, que existe solo  como percepciones mentales.

Esta cuestión de la mente versus el cuerpo no es solo dominio de los filósofos. Con el desarrollo de la psicología y la neurociencia, los científicos han pesado, también. Muchos científicos modernos rechazan la idea de que hay alguna distinción  entre la mente y el cuerpo. La neurociencia sugiere que nuestros cuerpos, junto con sus sentidos físicos, están profundamente integrados con la actividad en nuestros cerebros para formar lo que llamamos conciencia. Desde el día en que nacemos, nuestro desarrollo mental se forma por la interacción de nuestro cuerpo con el mundo externo. Cada visión, sonido y tacto crean nuevos mapas y representaciones en el cerebro que finalmente se vuelven responsables de regular nuestra experiencia de nosotros mismos.

Y tenemos otros sentidos, además de los típicos cinco, como la sensación de equilibrio y un sentido de la ubicación relativa de nuestras partes del cuerpo. La ilusión de la mano de goma, y experimentos de realidad virtual similares, muestran que los sentidos pueden confundirnos fácilmente en nuestro juicio de nosotros mismos. También sugieren que nuestro cuerpo y las sensaciones externas son inseparables de nuestra conciencia subjetiva. Si es así, quizás el experimento de Descartes estuvo equivocado desde el principio. Después de todo, si cerramos los ojos en una habitación silenciosa, la sensación de tener un cuerpo no es algo que podamos imaginarnos.

Esta cuestión de mente y cuerpo se vuelve particularmente interesante en un momento en el que estamos considerando tecnologías futuras, tales como prótesis neuronales y robots portátiles que podrían convertirse en partes extendidas de nuestros cuerpos. O la idea un poco más radical de la carga mental, que da la posibilidad de vida inmortal sin cuerpo al transferir una conciencia humana a una computadora. Si el cuerpo está profundamente mapeado en el cerebro, entonces al extender nuestro sentido del yo a nuevos dispositivos portátiles, nuestros cerebros pueden eventualmente adaptarse a una versión reestructurada con nuevas representaciones sensoriales. O tal vez subir nuestra conciencia a una computadora podría no ser posible a menos de que también podamos simular un cuerpo capaz de proporcionar sensaciones físicas.

La idea de que nuestros cuerpos son parte de nuestra conciencia y viceversa tampoco es nueva. Se encuentra ampliamente  en el pensamiento budista, así como en los escritos de filósofos de Heidegger a Aristóteles. Pero por ahora, aún nos queda la pregunta abierta de lo que exactamente es nuestro yo. ¿Somos una mente equipada con un cuerpo físico como sugirió Descartes? ¿O un organismo complejo que ha ganado conciencia durante millones de años de evolución gracias a un cerebro más grande y más neuronas que nuestros antepasados distantes? ¿O algo completamente diferente que nadie ha soñado hasta ahora?

domingo, 13 de mayo de 2018

Dinosaurios depredadores del Cretácico en el Sáhara

En la tierra hay pocos lugares más inhóspitos para la vida que el completamente seco desierto del Sáhara. Pero, no siempre fue así. Hace 100 millones de años, a mediado del periodo conocido como Cretácico, un enorme río atravesaba la región desde Egipto hasta Marruecos.

El mundo entero en ese entonces era muy diferente. Los continentes aún no habían ocupado su presente posición. Las temperaturas extremas eran algo común y las tormentas feroces hacían la vida impredecible. Los dinosaurios prosperaban sobre tierra. Los pterosaurios sobrevolaban los cielos y gigantescos reptiles marinos y tiburones nadaban en los cálidos mares. Mamíferos pequeños, nuestros ancestros, vivían literalmente en la sombras de estas criaturas extraordinarias, en este mundo de predadores enormes.

El Río de Gigantes como algunos denominan esta región que es hoy África del Norte era particularmente peligrosa. En muchos ecosistemas hay soledad en la cima de la cadena trófica. Normalmente no hay presas suficiente para sostener muchos predadores. Sin embargo, una increíble variedad de presa acuática en el ecosistema marino pudo haber permitido la coexistencia de una gran y diversa población de superpredadores.

Sabemos esto gracias a la abundancia de fosiles que encontramos en esa area llamado la Fauna Kem Kem Muchos de los depredadores que descubrimos tenían cabezas y cuerpos que los hacían excepcionalmente aptos para la caza de diferentes tipos y tamaños de presa acuática. Esto permitió que muchos depredadores Kem Kem obtuvieran una gran ventaja de la abundancia de comida en este medio: el pescado. Esto les permitió evitar la competición directa con los depredadores persiguiendo animales sobre la tierra.

Especies de presa en el río tenían que hacer frente a ataques de todas partes incluso desde el cielo. Reptiles voladores dominaban los cielos Alanqa Saharica tenía una envergadura de hasta 9 m y una mandíbula larga y delgada que le ayudaba pillar pescados y pequeños animales terrestres. Por lo menos siete diferentes tipos de  predadores similar al cocodrilo patrullaban la vías navegables incluyendo el aproximadamente 10 m de largo elosuchus y muchas especies de dinosaurios carnívoros del tamaño del t-rex llamados Theropods vivían juntas.

En el Río de Gigantes, el spinosarus era el rey. Con 15 m de largo este dinosaurio era aún más largo que el t-rex con piernas traseras cortas y musculosas, una cola flexible y pies anchos. Con una vela de 2 m de alto que advertía a otras criaturas de su tremendo tamaño e incluso pudo haber sido útil para atraer a una pareja. La mandíbula larga y delgada del Spinosaurus tenía dientes cónicos, perfectos para rápidamente atrapar presas acuáticas resbaladizas. Este superpredador, al igual que su ecosistema es único en la historia de la vida sobre el planeta. Todo lo que resta de estos predadores feroces son sus fósiles.

Hace aproximadamente 93 millones de año, el nivel del mar subió sumergiendo la región Kem Kem en un mar de poca profundidad. Decenas de millones de años más tarde, un impacto de asteroide erupciones volcanicas y cambios asociado con el clima extinguió a los dinosaurios, ptesaurs y  muchos otros grupos de animales y plantas incluyendo su ecosistema único. La extinción masiva dio pie al ascenso de nuevas aves, mamiferos más grandes y finalmente, nosotros.

viernes, 4 de mayo de 2018

Porque deberías leer a Virginia Woolf

¿Y si William Shakespeare hubiera tenido una hermana con tanta imaginación, tanto ingenio y tanto don de la palabra como él? ¿Habría ido a la escuela y enardecido el escenario?

En su ensayo "Una habitación propia", Virginia Woolf argumenta que esto habría sido imposible. Se inventa una hermana ficticia encerrada en su casa, garabateando unas páginas a ratos perdidos hasta que finalmente tiene que huir para no ser entregada en matrimonio. Mientras su hermano se hace rico y famoso, ella termina abandonada en el anonimato.

En este ejercicio mental, Woolf demuestra la tragedia del genio reprimido, y retrocede en el tiempo buscando rastros de estas historias ocultas. Woolf escribió: "Cuando leemos sobre una bruja zambullida en agua, una mujer poseída de los demonios, una sabia mujer que vendía hierbas o incluso un hombre muy notable que tenía una madre, nos hallamos, creo, sobre la pista de una novelista malograda, una poetisa reprimida, alguna Jane Austen muda y desconocida".

"Una habitación propia" plantea un mundo que se priva de grandes obras de arte debido a la exclusión y la desigualdad. ¿Cuál es la mejor manera de entender la experiencia interna de la alienación? En sus ensayos y en su narrativa, Virginia Woolf hace uso del lenguaje para describir la naturaleza inasible de la experiencia subjetiva. A menudo sus personajes llevan vidas interiores que se contradicen totalmente con lo que exteriorizan. Para poder entender estas diferencias la próxima vez que lean a Woolf, aquí hay algunos aspectos de su vida y su trabajo para tener en cuenta.

Nació en 1882 con el nombre de Adeline Virginia Stephen, en el seno de una gran familia adinerada, lo que le permitió dedicarse a las artes. A la muerte de su madre en 1895, le siguió la muerte de su media hermana, de su padre y de su hermano, todo en un lapso de 10 años. Estas pérdidas provocaron el primer episodio depresivo de Woolf, y su posterior internación.

En su juventud, compró una casa en el barrio londinense de Bloomsbury junto con sus hermanos. Esto la introdujo en un círculo de personalidades creativas, incluyendo E.M. Forster, Clive Bell, Roger Fry, y Leonard Woolf. El círculo se hizo conocido como el "Grupo de Bloomsbury", y Virginia y Leonard se casaron en 1912.

Los miembros del grupo eran figuras importantes del modernismo, un movimiento cultural que buscaba experimentar con las formas de representar la realidad. Los rasgos de la literatura modernista incluyen el uso del flujo de conciencia, el monólogo interior, la distorsión temporal, y puntos de vista múltiples o variables. Estos aparecen en la obra de Ezra Pound, Gertrude Stein, James Joyce, y la misma Woolf.

Woolf empezó a escribir "La Sra. Dalloway" mientras leía "Ulises" de Joyce. Como "Ulises", la historia se desarrolla en el transcurso de un solo día y comienza con una situación aparentemente prosaica. "La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores". Pero la novela se adentra en el pasado traumático de los personajes, entrelazando el mundo interior de la dama de alta alcurnia Clarissa Dalloway, con el de Septimus Warren Smith, un excombatiente atormentado.

Woolf usa el monólogo interior para hacer un contraste entre la riqueza del mundo de la mente y la vida exterior de sus personajes. En su novela "Al faro", momentos banales, como una cena o la pérdida de un collar, provocan revelaciones psicológicas en las vidas de los Ramsay, una versión ficticia de la familia de Woolf en su juventud. "Al faro" también contiene uno de los ejemplos más famosos de la innovadora representación del tiempo que caracteriza a Woolf.

La sección "Pasa el tiempo", condensa diez años en unas 20 páginas. Aquí, la ausencia de personas en la casa de la playa de los Ramsay le permite a Woolf reinventar el tiempo en instantes y fragmentos. "La casa estaba vacía, abandonada. Vacía como una concha en un montón de arena llena de granos de sal al abandonarla la vida".

En su novela "Las olas", hay poca distinción entre las narrativas de los seis personajes principales. Woolf experimenta con la conciencia colectiva, combinando a veces las seis voces en una sola. "No solamente hacia mi propio pasado me vuelvo; yo no soy un solo ser sino varios: no sé exactamente quién soy: Jinny, Susana, Neville, Rhoda o Luis, ni cómo distinguir mi vida de la de ellos".

En "Las olas", seis se hacen uno, pero en la ambigua "Orlando", un único personaje tiene múltiples identidades. El protagonista es un poeta que cambia de sexo y vive 300 años. Por su lenguaje fluido y su abordaje de la identidad, "Orlando" es considerado un texto clave en los estudios de género. La mente puede volar lejos del cuerpo, pero debe siempre regresar a las limitaciones de la vida.

Como muchos de sus personajes, Woolf tuvo un final trágico cuando se suicidó ahogándose a la edad de 59 años. Sin embargo, Woolf expresó esperanza más allá del sufrimiento. Con su pensamiento profundo, los personajes de Woolf trascienden temporalmente su realidad material, y al observar cuidadosamente la complejidad de la mente, su obra demuestra que es importante compartir con otros nuestra vida interior.