sábado, 17 de noviembre de 2018

¿Qué es el macartismo y cómo pasó?


Imagina que algún día te llamen ante un panel del gobierno. Aunque no hayas cometido ningún crimen, ni hayas sido acusado formalmente de uno, eres repetidamente cuestionado acerca de tus opiniones políticas, acusado de deslealtad y te piden incriminar a tus amigos y compañeros. Si no cooperas, corres el riesgo de ir a la cárcel o perder tu trabajo.

Esto es exactamente lo que sucedió en EE. UU. en la década de 1950 como parte de una campaña para desenmascarar a presuntos comunistas.

Nombrado por su más notorio practicante, el fenómeno conocido como macartismo destruyó miles de vidas y carreras. Durante más de una década, líderes políticos estadounidenses pisotearon las libertades democráticas en nombre de su protección.

Durante las décadas de 1930 y 1940, había habido un partido comunista activo pero pequeño en EE. UU. Su récord fue mixto. Si bien desempeñó papeles cruciales en amplias luchas progresistas por los derechos laborales y civiles, también apoyó a la Unión Soviética. El Partido Comunista Estadounidense desde el principio enfrentó ataques de conservadores y líderes empresariales, así como de liberales que criticaron sus lazos con el régimen soviético opresivo.

Durante la II Guerra Mundial, al aliarse EE. UU. y la URSS contra Hitler, algunos comunistas estadounidenses realmente espiaron para los rusos. Cuando la Guerra Fría escaló y este espionaje se conoció, el comunismo nacional llegó a ser visto como una amenaza a la seguridad nacional. Pero el intento de eliminar esa amenaza pronto se convirtió en el episodio más largo y más extendido de la represión política en la historia estadounidense.

Estimulado por una red de burócratas, políticos, periodistas, y hombres de negocios, la campaña exageró salvajemente el peligro de la subversión comunista. La gente tras esto acosaba a cualquier sospechoso de sostener puntos de vista de centro-izquierda o asociarse con los que los tenían. Si colgabas arte moderno en tus paredes, tenías un círculo social multirracial, o firmabas peticiones contra armas nucleares, podrías ser un comunista.

A partir de finales de la década de 1940, el director del FBI, J. Edgar Hoover, utilizó los recursos de su agencia para perseguir a tales supuestos comunistas y eliminarlos de cualquier posición de influencia dentro de la sociedad estadounidense. Y los estrechos criterios que utilizaron Hoover y sus aliados para examinar a los empleados federales se extendió al resto del país.

Pronto, estudios de Hollywood, universidades, fabricantes de automóviles, y miles de otros empleadores públicos y privados imponían las mismas pruebas políticas a los hombres y mujeres que trabajaban allí. Mientras tanto, el Congreso llevó a cabo su propia cacería de brujas citando a cientos de personas a testificar ante los organismos de investigación como el Comité de Actividades Estadounidenses de la Cámara. Si se negaban a cooperar, podrían ser encarcelados por desacato, o más comúnmente, despedidos y puestos en la lista negra.

Políticos ambiciosos, como Richard Nixon y Joseph McCarthy, utilizaron tales audiencias como un arma partidista acusando a los demócratas de ser blandos con el comunismo y deliberadamente perdieron China para el bloque comunista.

McCarthy, un senador republicano de Wisconsin se hizo notorio por ostentar listas siempre cambiantes de presuntos comunistas dentro del Departamento de Estado. Respaldado por otros políticos, continuó haciendo acusaciones escandalosas mientras distorsionaba o fabricaba evidencia. Muchos ciudadanos injuriaron a McCarthy mientras que otros lo alababan. Y cuando estalló la Guerra de Corea, McCarthy pareció justificado. Una vez que se convirtió en presidente del subcomité permanente del Senado sobre investigaciones en 1953, la imprudencia de McCarthy aumentó.
Su investigación al ejército volvió finalmente la opinión pública contra él y disminuyó su poder. Los colegas de McCarthy en el Senado lo censuraron y murió menos de 3 años después, probablemente por alcoholismo. El macartismo terminó también.

Había arruinado cientos, si no miles, de vidas y redujo drásticamente el espectro político estadounidense. Su daño a las instituciones democráticas sería duradero. Con toda probabilidad, había Demócratas y Republicanos que sabían que las purgas anticomunistas eran profundamente injustas pero temían que oponerse directamente les hiciera daño a sus carreras. Incluso la Corte Suprema no logró detener la caza de brujas, condonando graves violaciones de los derechos constitucionales en nombre de la seguridad nacional.

¿El comunismo interno era una amenaza real para el gobierno estadounidense? Quizás, pero pequeña. Pero la reacción a ella fue tan extrema que causó mucho más daño que la propia amenaza. Y si nuevos demagogos aparecieran en tiempos de incertidumbre para atacar a las minorías impopulares en nombre del patriotismo, ¿podría suceder de nuevo?

sábado, 3 de noviembre de 2018

¿Cuál es la forma más rápida de alfabetizar tus libros?


Trabajas en la biblioteca de la universidad. En mitad de una tarde tranquila te llegan de repente unos 1280 libros, entregados en línea recta pero desordenados y el sistema de clasificación automática no funciona. Además, mañana comienzan las clases de nuevo, lo que significa que a primera hora de la mañana todos los estudiantes se presentarán en la biblioteca buscando sus libros. ¿Cómo se pueden ordenar todos los libros a tiempo?

Una forma sería comenzar por el primer par de libros en un extremo de la fila y si los dos primeros están en orden, dejarlos como están. De lo contrario, intercambiarlos. Hacer lo mismo con el segundo y el tercero, repetir el procedimiento y seguir hasta llegar al final de la fila. En un momento dado, se encuentra el libro que debe ser el último, se sigue intercambiándolo con los libros posteriores desplazándolo a lo largo de la fila hasta que llegue al final. Volver a empezar desde el principio y repetir el mismo procedimiento para colocar el segundo en el lugar que le corresponde; seguir hasta ordenar todos los libros.

Este proceso se llama el Método de la Burbuja. Es simple pero lento. En la primera ronda se llegan a hacer 1279 comparaciones, luego 1278 y y así sucesivamente, hasta llegar a un total de 818 560. Si cada comparación dura un segundo, harían falta nueve días.

Una segunda técnica implica empezar con solo los primeros 2 libros para luego comparar el tercer libro con el que se encuentra en el segundo lugar. Si le corresponde colocarlo delante de este segundo libro, intercambiarlos, luego compararlos con el primero en el primer lugar y volver a intercambiarlos si hace falta. Ya se han ordenado los primeros tres. Seguir con un libro a la vez, ordenándolos por conjuntos, comparando cada uno de ellos e intercambiando con el de delante hasta encontrar el lugar que le corresponde entre los ya ordenados. Esto se denomina la Técnica por Inserción.

A diferencia del método de la burbuja, no requiere comparar cada par. En promedio, creemos que solo es necesario comparar cada libro con la mitad de todos los libros que le preceden. En este caso el número total de comparaciones será 409 280 y tardaría cinco días. Aun así, hay que comparar demasiados libros. Te proponemos una idea mejor.

Elegir un libro al azar. Usarlo de separador y luego compararlo con todos los otros libros. Luego, dividir la línea y colocar todos los libros de antes de la separación a la izquierda y los otros a la derecha. Acabas de ahorrarte un montón de tiempo y sin tener que comparar todos los libros de la izquierda con todos que tiene a la derecha. Ahora, al fijarte solo en los de la izquierda vuelve a elegir uno al azar y separa los libros de delante y detrás de ese en dos grupos. Sigue dividiendo los libros en base al mismo principio hasta que llegues a tener pequeñas pilas de libros, listas para ordenarlas en base al método de inserción.

Cada ciclo requiere unas 1280 comparaciones. Si creaste pilas parecidas deberías tener 128 pilas, con 10 libros en cada grupo, tardando 8960 segundos. Añade 22 segundos para ordenar estos subconjuntos. Con esta técnica llamada Catalogación Rápida puedes llegar a ordenar tus libros en menos de una hora y media. Pero tiene trampa. Si los subconjuntos están desproporcionados perderás mucho tiempo pero afortunadamente, esto ocurre muy de vez en cuando.

Esta técnica es una de las más eficientes usada en la actualidad por los programadores informáticos por ejemplo en las tiendas en línea para categorizar elementos, según el precio o crear una lista de todas las gasolineras más cercanas a un lugar determinado, en base a la distancia. En este caso, la catalogación está resuelta y queda tiempo de sobra.

Y aquí va otro día crucial en la biblioteca.