Cada año, cerca de mil nuevas palabras se añaden al "Oxford English Dictionary". ¿De dónde vienen y cómo llegan a nuestro día a día? Con más de 170 mil palabras actualmente en uso en la lengua inglesa, puede parecer que ya tenemos bastantes. Sin embargo, conforme nuestro mundo cambia, surgen nuevas ideas e invenciones, y la ciencia avanza. Nuestras palabras existentes dejan huecos en lo que queremos expresar y rellenamos esos huecos de modos ingeniosos, prácticos y a veces peculiares.
Un modo es absorber una palabra de otra lengua. El inglés ha tomado prestadas tantas palabras a lo largo de su historia que casi mitad de su vocabulario viene directamente de otras lenguas. A veces es simplemente porque la cosa que la palabra describe también fue en sí prestada. Roma y Francia trajeron conceptos legales y religiosos, como “altar” y “jury” a la Inglaterra Medieval, mientras el comercio trajo cultivos y cocina, como el café árabe, los espaguetis italianos y el curry indio.
Pero a veces otra lengua tiene exactamente la palabra correcta para una idea compleja o una emoción, como “naïveté”, machismo o "schadenfreude". Los científicos también usan lenguas clásicas para nombrar nuevos conceptos. “Clone”, por ejemplo, fue derivada de la palabra del griego antiguo usada para rama para describir la creación de una nueva planta derivada de una parte de la antigua. Y hoy el proceso funciona en ambos sentidos, con el inglés prestando palabras como software a lenguas de todo el mundo.
Otra manera popular de llenar un hueco de vocabulario es combinar palabras existentes que trasmiten, cada una, parte del nuevo concepto. Esto es posible combinando dos palabras enteras en una palabra compuesta, como “airport” o “starfish”, o recortando y mezclando partes de palabras, como “spork”, "brunch" o "internet". Y a diferencia de los préstamos de otras lenguas, estas pueden ser entendidas en la primera vez en que son oídas. Y a veces una palabra nueva no es totalmente nueva. Palabras obsoletas gañan vida nueva cuando adoptan nuevos significados. "Villano" originalmente significaba campesino, pero en un giro de esnobismo aristocrático pasó a significar una persona fuera del código de la caballería y, por lo tanto, una persona mala. “Geek” pasó de un artista de circo a una persona extraña, hasta un tipo específico de genio torpe. Y otras veces, las palabras pasan a significar su opuesto por medio de ironía, metáfora, o mal uso, como cuando “sick” o “wicked” son usadas para describir algo literalmente increíble.
Pero si las palabras pueden formarse de todas estas maneras, ¿por qué algunas se tornan convencionales mientras otras caen en desuso o nunca son elegidas en primer lugar? A veces la respuesta es simple, como cuando científicos o empresas dan un nombre oficial a un descubrimiento o tecnología. Y algunos países tienen academias de lengua para tomar decisiones. Pero muchas veces, las fuentes oficiales como los diccionarios documentan apenas el uso corriente. Nuevas palabras no las originan arriba, sino las personas comunes que difunden palabras que tienen la combinación válida entre uso y facilidad. Toma la palabra “meme”, acuñada en los años de 1970 por el sociobiólogo Richard Dawkins, del griego antiguo para imitación. Él la usaba para describir como ideas y símbolos se propagan en la cultura como los genes en una población. Con la llegada de internet, el proceso pasó a ser directamente observable sobre cómo bromas e imágenes eran divulgados a la velocidad de la luz. Luego la palabra pasó a referirse a un cierto tipo de imagen. Así "meme" no solo describe como las palabras se tornan parte del idioma, sino que la palabra en sí es un meme.
Y hay una palabra para ese fenómeno de palabras que se describen a sí mismas: autológico. Las palabras nuevas no son creadas de la misma forma. Algunas permanecen por milenios, algunas se adaptan a los tiempos de cambio y otras desaparecen. Algunas transmiten información, algunas la interpretan, pero el modo como estas palabras son creadas y el camino que recurren hasta hacer parte del idioma nos dice mucho sobre nuestro mundo y como nos comunicamos en él.
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